Enviado el 18.05.2022.

¿Cómo estás? Ya sé que te escribí la semana pasada, pero es mayo y no puedo dejar de pensar en muchas cosas.

Hoy es 18 de mayo. Si estás censando te envío mis mayores respetos. Amo los censos. De hecho me ofrecí como voluntaria, pero tuve que desistir por cuestiones de salud referidos a mi embarazo. Así que será dentro de diez años. Si estás en tu casa esperando a la persona censista ofrecele algo de comer, de tomar. Están pateando varias cuadras…

¿Hiciste el censo digital? Entro en contradicción. Me pasa que el censo me da olor a patria. Me genera una cosa de identidad, de sentirme parte, es como los escrutinios, los mundiales, ese no sé qué que te une a miles o millones de personas aunque no les conozcas. Te preguntaba si hiciste el censo digital porque me pasa lo siguiente: tengo el recuerdo de otros censos en donde entraba la persona a casa, le servíamos algo de tomar, de comer, se charlaba un poco entre pregunta y pregunta. Era todo un ritual. El último censo fue el día de la muerte de Néstor, creo que todes nos enteramos o mientras censábamos o mientras nos censaban y lloramos abrazades a cuerpos ajenos sintiendo la ausencia de alguien que nos había hecho ilusionar.

En fin, no me odies, pero no hice el censo virtual. Si venís a censar a casa te voy a invitar a pasar, tomar y comer algo rico y que seamos parte de este ritual que nos hermana. (o quizá te dé el código que necesitás y te lleves unas facturitas. Al momento de escribir aún no me decido).

Este año, preparé una secuencia para trabajar censo en el aula, no recuerdo si ya te la alcancé, pero por si te sirve te la dejó por acá.

Pienso que el censo es conocernos como nación, como pueblo. Y si pienso en el pueblo no puedo pasar por alto que la semana que viene es 25 de mayo y que un día como hoy pero de 1810 empezaba la famosa semana de Mayo. Un día como hoy los patriotas le exigían al virrey Cisneros un Cabildo Abierto frente a su tambaleante legitimidad.  

Y por supuesto que no podemos pensar en Mayo sin pensar en la Revolución. Así que para ponerle punchi a esta parte un poco ñoña te dejo algunas canciones que no dejan de sonar en mi cabeza cuando mi garganta grita REVOLUCIÓN.

1. Cerca de la Revolución
2. Tribulaciones, Lamento y Ocaso de un tonto rey imaginario o no
3. Revolution (¿la letra es un poco polémica?)
4. Canción del elegido 
5. Murguita del Sur

(Perdón por lo psicobolche de mi lista revolucionaria).

Ahora sí, ¿De qué hablamos cuando hablamos de Revolución? 

Para mí, revolución y pueblo van de la mano. La Revolución necesita de gente que la piense y que la concrete. La revolución es idea y acción. Si es una acción es verbo por lo tanto este predicado necesita de un sujeto. Por eso, Pueblo y Revolución, un solo corazón.

La revolución de 1810, además de pensarla como un hecho histórico me gusta pensarla como un invento: la revolución inventada. La historia entendida como artefacto cultural. ¿Cómo inventamos a la revolución de 1810 en las aulas? ¿Seguimos pintando rostros con corcho quemado? ¿Seguimos enseñando pregones de viejas sin dientes?

Caminando por la Ciudad de Buenos Aires me encontré con esto:

Y entonces me puse a pensar cómo actúa nuestra mente. Al ver esta vidriera, sin ningún cartel por delante, ya sabía que hacía alusión al 25 de Mayo. ¿Por qué? Porque hay símbolos, huellas mnémicas, hábitus que ya son parte nuestra. Pero me puse a pensar, ¿Cómo es posible que sigamos reproduciendo esto en las escuelas? ¿Cómo es posible que el acto del 25 de mayo sea representar a una dama antigua?

Ojo, no estoy diciendo que en una secuencia o proyecto de conocimiento del mundo no podamos abordar la vestimenta de las personas durante la vida colonial. Por ejemplo, si tomamos la idea básica del Diseño Curricular de CABA: “En distintos momentos del pasado vivieron personas que construyeron sociedades organizando de distinto modo la economía, la cultura, las relaciones sociales, la política” y tomamos el alcance de contenido: “Observación de libros ilustrados para niños y niñas y de videos o dibujos animados para obtener información que den cuenta cómo se vivía en la época: (…) cómo eran las guerras, el gobierno, la vestimenta, los intercambios comerciales (…)” o “Registro de algunos cambios y permanencias empleando líneas de tiempo que incluyan imágenes, palabras, números” Podríamos plantear una linda secuencia en torno a la vestimenta, cómo ésta fue cambiando, detenernos en la forma de producción, compararla con la producción actual, preguntarnos por el trabajo de la modista o sastre, problematizar en torno a su importancia en cada etapa de la historia.

Pero la dama antigua en el acto del 25 de mayo, perdón, pero es rancio. Y no creas que nunca me disfracé de dama antigua, si no, mirá esta foto del año 92 o 93:

Mirá si no es representativo del 25 de mayo (?) Dos damas antiguas y una esclava con cara de corcho quemado y de yapa cadenas incluidas. ¿Qué es lo que queremos decir con esto? (ojo, la foto es una reliquia de mi infancia. La amamos. Junto a mí, están dos de mis más grandes y antiguas amigas con quienes nos seguimos viendo, prácticamente desde que éramos bebes).

Pero de nuevo, ¿Qué mensaje estamos dando? ¿Cuál queremos dar?

Para adentrarnos en este mundo quiero compartirte una reflexión sobre los actos escolares que me parece interesante que podamos poner en discusión:

En esta investigación que te acerco se plantea, entre otras cosas, el origen de los actos escolares, de dónde surgen. Me es interesante señalar que Silvia Libia Castillo y Adriana Allori, las autoras, indican que “Así, los actos escolares aparecieron en la escuela a modo de ocasión propicia para dotar de una base cultural común a los hijos de los inmigrantes y a los descendientes de los pobladores.” Podemos decir, entonces, que los actos escolares son por excelencia aquel ritual por el que se repite una y otra vez la identidad nacional. Este sentir atraviesa generaciones, la dama antigua que fue mi tía, que también lo fui yo y que quizá tal vez también lo sea mi hija nos hermana en ese sentir patrio y constructor de identidades nacionalistas. Nos ofrece una historia común.

Pero también podemos decir que los actos escolares son una oportunidad única. Creo que te lo comenté alguna vez. Me parece una oportunidad invaluable para sostener (o reconstruir) vínculos con las familias. Son pocas las veces que las familias se acercan a las escuelas, por múltiples y variadas razones. ¿No son los actos escolares nuestra chance de afianzar aquello que polítiques quieren y se empeñan en destruir a través de mensajes confusos en los medios de comunicación?

¿Queremos mostrarles damas antiguas bailando el minué en esa única oportunidad que tenemos? ¿O quizá mejor reconstruir junto con ellas la identidad de nuestra escuela, y también de nuestra historia, por supuesto, pero una historia interpretada desde el presente, a la luz de los conceptos trabajados en las aulas?

No lo sé, como siempre son preguntas que me hago, que te quiero compartir, como siempre te pido, ayudame a pensar.

De mientras que pensamos te dejo esta idea de acto para poner en discusión, junto con las familias, junto con les estudiantes, junto con nuestres colegas, el binomio inseparable de pueblo y revolución. ¿Qué pueblo somos? ¿Qué pueblo queremos ser?¿Cómo hacemos para revolucionar la educación?

Y también te dejo esta cápsula didáctica sobre la revolución, para que te descargues y la lleves al aula si te sirve, o al menos quizá, te sirva de inspiración.

¿Viste?, empecé hablándote de la importancia del censo y terminé hablando del pueblo…quizá este censo nos tire alguna data sobre quiénes somos.

P.D

Nada que ver con nada pero por si te sirve te cuento que este sábado 21/05 a las 11:00 vamos a estar dando un taller, junto a Ale de El cuaderno rojo sobre cómo evaluar en prácticas del lenguaje. Si te interesa, escribime. Y además el sábado 04/06 a las 10:30 hs voy a estar dando un taller sobre cómo planificar Educación Sexual Integral en la escuela primaria. Acá te dejo un poco de info Ahora sí, te mando un abrazo enorme. Nos leemos el mes que viene.

P.D 2

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