El aprendizaje fuera del aula. Historias y propuestas de excursiones educativas es el título del nuevo libro que publica Tilde Editora y se acompaña por un podcast y una producción audiovisual. Un libro que se nutre de la tesis de Doctorado en Educación realizada por Marta Libedinsky bajo la dirección de la Dra. Ana María Montenegro, en la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires (UNICEN) emplazada entre las sierras de la hermosa y apacible ciudad de Tandil.
Hacer una tesis de posgrado es una experiencia intensa y gratificante que como todo el mundo ya sabe, no es lineal, sino que en cambio se desplaza en zigzag, con avances y retrocesos y en términos generales, a paso lento. Pero claro que sí, que vale el esfuerzo. “¡Qué tema raro!”, decían algunos mientras fruncían la nariz. ¡Qué buena idea!, decían otros y sonreían. Así fui transitándola, viendo cómo algunas narices se fruncían y otras sonrisas de aprobación acompañaban la idea. Esas sonrisas fueron las que se convirtieron en auténticos enviones cotidianos. Como así también lo fueron las reiteradas conversaciones informales con adultos quienes recuerdan con nitidez y ternura -aunque ya hayan pasado varias décadas- las excursiones escolares de su infancia.
¿Recuerdan los adultos a dónde iban? Sí, claro.
De excursión a una confitería para aprender cómo hacer sandwichitos de miga, a recorrer la fábrica de los afamados caramelos Renomé, a ver por vez primera un estudio de televisión y conocer en persona al Capitán Piluso y su inseparable compañero Coquito, quienes a través de una pantalla invitaban a todos los niños que veían la tele desde sus hogares, a tomar la leche. También fue importante para poder realizar la tesis reconocer la emoción en los rostros sonrientes y expectantes de los niños de hoy cuando sus escuelas los convocan a vivir “su primera excursión”. Porque el mundo merece ser visto cara a cara, no solo a través de pantallas.
El constructo clave que está en la base de la tesis y también de este libro es el aprendizaje basado en la localización. Esto es, ir a un lugar por fuera del aula con el propósito de aprender. Aprender en el camino y también en el lugar de destino.
¿A dónde ir?
A una fábrica, un canal de televisión, un parque, un bosque, una playa, a dar la vuelta a la manzana, a otro barrio, a un museo, a un centro cultural, a otra escuela. La lista sigue y sigue. A galerías de arte, parques temáticos, aeropuertos, mercados de pulgas, rincones históricos en barrios vecinos o en el propio barrio. Las así llamadas salidas de cercanía pueden ser realmente tentadoras cuando se dedica tiempo y energía al diseño didáctico, cuando hay claridad respecto de qué hacer antes, durante y después, cómo hacerlo, con qué hacerlo, para qué. Es así como la ciudad y sus instituciones se convierten -al decir de los investigadores- en curriculum y en aula. ¿Sólo en el nivel inicial y en la escuela primaria? Pero claro que no. También en la escuela secundaria, en el instituto de formación docente, en la universidad. El lema es “Salir para aprender”. Con estudiantes niños o jóvenes o adultos.
Esta discusión servirá para trastocar el clásico error conceptual que consiste en creer que lo teórico siempre va primero, que lo práctico se sigue de lo teórico, que sin lo teórico antes no hay posibilidades de abordar lo práctico de manera rigurosa ni tampoco seria.
Aprender en otros espacios, más allá de las aulas hechas de ladrillos para transformar la enseñanza de sedentaria en itinerante y nómade. Salir, andar, caminar, pasear y detenerse aporta bienestar al proceso de aprender y -además- hoy todos tenemos en nuestros bolsillos unos dispositivos tecnológicos que se convierten casi como por arte de magia y en un “abracadabra” en diccionarios, traductores, lupas, linternas, contadores de pasos, reglas, calculadoras, identificadores de plantas, lectores de códigos QR, cámaras de fotos, grabadoras de audio y tanto más. Estas aplicaciones nos permiten hacer más deliciosa y creativa la experiencia de enseñanza y la experiencia de aprendizaje donde quiera que estemos, tomando registros y actuando en el lugar mismo donde ese aprendizaje se celebra. Un sueño casi de ciencia ficción para los educadores de aquel tiempo en el que nacía la idea de la excursión escolar, entre fines del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX, origen que la tesis y también el libro tratan. Y lo hacía adoptando diferentes denominaciones. Una de ellas -muy bien conocida en nuestro medio- fue la de lección-paseo que acuñara en Francia el inspector Edmond Blanguernon al promover una escuela viva con actividades que lograran liberar a “los pequeños prisioneros”, como llamaba él a los estudiantes. La lección-paseo será también la denominación que años más tarde retomará Célestin Freinet como parte de su vademécum de técnicas para la escuela nueva. Hoy conviven variadas denominaciones: recorridos, caminatas, paseos o itinerarios didácticos, salidas escolares, excursiones educativas; cada una con matices que demarcan fronteras y diferencias.
La primera excursión escolar realizada en la Ciudad de Buenos Aires que identificamos a través de informes publicados en la revista El Monitor de la Educación Común fue en 1896 a la Biblioteca del Maestro y la Plaza Lavalle. La excursión de la cual encontramos mayor cantidad de registros era la excursión al Jardín Zoológico, donde directivos, maestros y alumnos se trasladaban haciendo un tramo a pie y otro en tranvía hasta la Plaza Italia, como puede verse en el registro audiovisual del cineasta Max Glücksmann que está disponible en el canal del Archivo General de la Nación.
Allí vemos cómo iban el 2 de mayo de 1908 a celebrar la primera fiesta del animal.
Entendemos que el aprendizaje fuera del aula exige no sólo reconocer los valiosos antecedentes del pasado, sino que también requiere de una discusión seria al interior de las instituciones educativas respecto del orden en el que puede suceder la construcción del conocimiento. Esta discusión servirá para trastocar el clásico error conceptual que consiste en creer que lo teórico siempre va primero, que lo práctico se sigue de lo teórico, que sin lo teórico antes no hay posibilidades de abordar lo práctico de manera rigurosa ni tampoco seria. También se hace necesaria la discusión respecto de que el currículum local en realidad es para algunos escépticos “muy poco importante”…
Ojalá que -después de leer el libro- los lectores puedan averiguar cuál es la historia de las excursiones escolares en sus lugares y en sus instituciones, puedan indagar en su círculo cercano qué recuerdos perviven en la memoria de los adultos sobre esas excursiones y disfrutar de sus relatos, puedan conversar con escolares sobre la experiencia actual de aprender fuera del aula y a la vez ir pensando qué nuevas propuestas didácticas podrán diseñarse en el futuro para seguir aprendiendo en el camino y en el lugar de destino.
Desde Gloria y Loor recomendamos la lectura de El aprendizaje fuera del aula. Historias y propuestas de excursiones educativas que considera estos temas y algunos más.
Aborda desde el origen de las excursiones escolares a las representaciones de las mismas en libros escolares, pinturas, películas de ficción y documentales. Presenta un apartado con propuestas didácticas para adoptar o adaptar.
Se encuentra disponible en formato digital en la web de Tilde Editora y se acompaña de un recurso audiovisual documental. La tesis de la autora está disponible en el repositorio de la UNICEN.
Publicada el 15 de julio de 2022
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