Ingresar a la docencia: todo “un tema”

Fotografía: Laura Frydenberg. En Instagram: @ojo.de.tiza

Entrar por primera vez a un aula es mucho más que enfrentarse a un grupo de alumnos: la escuela forma parte de un sistema complejísimo y lleno de tareas que cumplir que no siempre se mencionan en la formación.

Camila tiene 26 años. Se recibió en julio del 2023 del Profesorado de Educación Primaria (PEP) en CABA. Los últimos dos años de su carrera trabajó en una escuela de gestión privada, y este año ingresó al sistema de gestión estatal. Ante la pregunta sobre cómo fue su ingreso a la docencia, respira profundo y reflexiona: “todo un tema”. Por otro lado María, quien ejerce como docente secundaria en la ciudad de Buenos Aires luego de haberse recibido años atrás de Licenciada en Filosofía de la Universidad Nacional de Córdoba, se suma al sentimiento.

Es que el ingreso al trabajo docente viene acompañado de muchas preguntas, problemas, desafíos… y también emociones. El inicio de cualquier actividad de la vida humana siempre es difícil, o al menos, vertiginosa. Más aún, cuando se trata del comienzo de una actividad laboral, que te enfrenta a múltiples situaciones desconocidas. En el ámbito de la educación la primera vez que entramos a una escuela, las primeras planificaciones, las primeras reuniones de familias, las primeras veces lidiando con las múltiples plataformas digitales que se utilizan en la vida escolar, suponen para todxs los docentes noveles un momento particular donde se combina el vértigo con el entusiasmo. ¿Por qué es tan compleja esa etapa? ¿Quién debe acompañar todo eso?

En las siguientes líneas, nos proponemos aportar algunos elementos para responder a dichas preguntas.

  • Lxs ingresantes a la docencia. No todxs lxs docentes noveles comienzan a trabajar habiendo atravesado los mismos trayectos formativos. A grandes rasgos, podemos señalar dos grupos: quienes han optado por estudiar alguna carrera docente, y quienes ejercen la docencia con algún título habilitante sin haber atravesado un trayecto pedagógico. Esto se ve, fundamentalmente, en las distintas áreas que componen al nivel medio: además de quienes se formaron para ser docentes, ejercen egresados de escuelas de comunicación, artísticas o técnicas con títulos habilitantes, egresados de licenciaturas, etc. Asimismo, podemos destacar un subgrupo dentro de quienes eligen estudiar una carrera docente, cada vez más considerable dentro de lxs noveles de algunos distritos producto de la emergencia docente, compuesto por estudiantes que comienzan a ejercer sin haber finalizado sus estudios. En este marco, las necesidades de acompañamiento son muy diversas, pero en cualquier caso se hacen presentes.
  • El trabajo docente. El trabajo docente está compuesto por una dimensión central: la pedagógica; y otra que aparece cada vez con más fuerza, relativa a tareas administrativas vinculadas a la propia carrera, o la vida cotidiana de las escuelas y sus estudiantes. En este sentido, el primer problema al que se enfrentan muchxs ingresantes a la docencia es el que implica sumergirse en el desconocido mundo de las múltiples plataformas, trámites y tareas que implica tomar un cargo. Cómo llenar una declaración jurada, cómo cargar una licencia, cómo efectivizar la posesión del cargo, o cargar notas, suelen ser tareas tan concretas y necesarias como desconocidas. Camila, al respecto, cuenta: “En mi caso mis compañerxs docentes me acompañaron mucho en todo eso pero no siempre pasa, y es muy desesperante encontrarte intentando resolverlo en soledad”. 

Una vez tomado el cargo, comienzan otro tipo de problemas, los más esperables, quizás, pero también los más desafiantes. Si bien los trayectos de formación inicial otorgan una base sólida en lo que respecta a la tarea pedagógica, al tomar los primeros cargos se produce una especie de salto al vacío en el cual todo lo aprendido entra en juego, y en algunos casos, puede resultar escaso ¿Estaré planificando “bien”? ¿Qué puedo hacer para el primer acto que me tocó preparar? ¿Estaré abordando bien tal o cual emergente? Estas son algunas de las preguntas que se hacen lxs docentes noveles al comenzar su trayecto profesional, y atravesarlas sin acompañamiento pueden resultar una tarea muy pesada y llevar a la frustración.

Además, un punto relativo al trabajo docente que ha cobrado mucha vigencia en el último tiempo, y que merece ser abordado con atención, tiene que ver con el encuadre normativo de la práctica docente. Conocer los diseños curriculares y el compendio de leyes que amparan el quehacer docente, y adecuarse a ello, es fundamental para encarar preguntas cotidianas como ¿Cómo hago para trabajar educación sexual en sala de 5? ¿Cómo abordo una clase de historia argentina o de formación ética y ciudadana en secundaria en un momento social y político tan álgido? Estos son ejemplos de cuestiones pedagógicas pero que deben pensarse también dentro de nuestro marco normativo y sobre las que lxs docentes, y más aún lxs noveles, tenemos muchas preguntas.

  • La docencia como práctica situada y dinámica.  Vinculado al punto anterior, un elemento fundamental que respecta a la dimensión pedagógica del trabajo docente, es el carácter dinámico y situado de la educación. Cada escuela, cada grupo, cada familia y estudiante, en cada momento histórico, tiene sus características y constituyen relaciones particulares que expresan nuevos desafíos y limitaciones. En este marco, al entrar al aula, unx se enfrenta a nuevas situaciones que requieren de trazar estrategias y abordajes particulares. Esto, que siempre es un desafío, puede resultar dificultoso para quienes dan sus primeros pasos en la docencia si no se canaliza en espacios colectivos de planificación y acompañamiento. A la vez, lxs docentes noveles pueden ser impulsores de nuevas discusiones e ideas que nutran las experiencias y debates históricos del campo educativo en función de sus propias trayectorias y los nuevos emergentes sociales. 
  • Orgullosamente docentes. Nada de lo anterior opaca la emoción que sienten lxs noveles al ponerse el guardapolvo por primera vez, al tomar sus primeras horas, o preparar sus primeras clases. Al contrario, es el orgullo de ser docentes, la responsabilidad y el entusiasmo con el que lxs noveles afrontan el trabajo una condición de posibilidad fundamental para pensar el trabajo con ellxs.

En este marco, el acompañamiento al ingreso a la docencia resulta fundamental para fortalecer la tarea pedagógica y la calidad educativa, pero también para acompañar a lxs noveles en su consolidación como trabajadorxs de la educación desde un paradigma de derechos. Lejos de una solución mágica, es necesario pensar en un abordaje por dos vías:

  • que el propio Estado despliegue políticas de acompañamiento, donde los Institutos de Formación Docente y las propias escuelas donde los noveles ingresan ocupen un rol central. En este sentido, es necesario pensar líneas de acción que acompañen la tarea pedagógica y fortalezcan la calidad educativa pero también cuiden y acompañen a lxs docentes para que se puedan desarrollar profesionalmente a lo largo de su vida, preservando su salud y condiciones laborales.
  • que se desplieguen acciones desde los sindicatos y colectivos de especialistas específicamente orientadas a la docencia novel que ofrezcan espacios entre pares para la reflexión pedagógica, el acompañamiento en la vida cotidiana escolar y el fortalecimiento de lxs docentes como trabajadorxs sujetos de derechos.

Quizás así, entre la política pública y las redes organizativas, se logre que los primeros años en el aula dejen de sentirse como un tema y pase a ser uno más del largo y hermoso camino de la formación docente.

Publicada el 18 de mayo de 2024


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Lucía Cancela

Es politóloga de la UBA y profe de la Escuela Normal "Mariano Acosta" de CABA. Es Subsecretaria de Docentes Noveles y Estudiantes de UTE- CTERA. Además, se encuentra cursando el Profesorado de Enseñanza Primaria en la Escuela Normal 1 de la ciudad de Buenos Aires.

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