Las nenas blandas y los nenes duros

Foto: Mónica Hasenberg

Diversos informes constatan la baja participación de mujeres en los ámbitos científicos y productivos, a pesar de ser mayoría en los niveles educativos obligatorios y carreras de grado. Sabrina Flax analiza esta distribución desigual de la riqueza intelectual.

De acuerdo al informe presentado por la UNESCO en 2022, si bien hay un incremento de mujeres en las carreras STEM (las siglas en inglés para el área de estudio que agrupa a las ciencias, la tecnología, la ingeniería y la matemática) aún dista mucho la igualdad de género no sólo en el acceso a estas carreras, sino también en el ejercicio de cargos jerárquicos y de investigación.

En el documento “Mujeres en Stem: cómo romper con el círculo vicioso”, realizado por las ivnetsigadoras EStefanía Lotitto y Paula Szenkman para CIPPEC también se indica que esta desigualdad cobra mayor  relevancia aún en el contexto de la Cuarta Revolución Industrial, momento en el que se necesita de miradas diversas y se indica que la incorporación de más mujeres al campo STEM contribuiría a aumentar la productividad en Argentina.

En este mismo documento se indica que casi el 60 por ciento de la fuerza laboral femenina se reúne entre las trabajadoras domésticas, de la educación, de la salud y del comercio. Es decir, campos laborales menos dinámicos y productivos que en los que ocupan los varones. Las autoras plantean que “Este fenómeno se conoce como “paredes de cristal”, y está relacionado con la segmentación horizontal que ocurre en el mercado laboral y asigna trabajos tradicionalmente considerados femeninos o masculinos a los distintos géneros.”

Y sostienen que “al igual que en el resto del mundo, en Argentina esta problemática arranca también a edades tempranas con las niñas perdiendo confianza e interés en STEM, lo que repercute en sus elecciones futuras”.

¿Por qué no hay más mujeres en el campo STEM? ¿Dónde podemos encontrar el origen de esta brecha? ¿Por qué las ciencias no aparecen como una posibilidad en las mujeres? ¿Donde se inicia este camino lleno de obstáculos y barreras?

Vayamos bien atrás, a la niñez, entremos a una escuela y preguntémonos ¿Es la primaria un lugar donde los estereotipos de género se reproducen y promueven que sean los hombres quienes ocupen espacios en las ciencias exactas y que las mujeres se orienten hacia las ciencias sociales o a tareas de cuidado? ¿O es por el contrario un lugar de posibilidades en donde les docentes tenemos la oportunidad de combatir destinos estereotipados?

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Entro al aula: 26 estudiantes. Les pido que dibujen a una persona del mundo de la ciencia tal como se la imaginan. No sólo aparece la soledad de un laboratorio, sino que en el 80 por ciento de los casos la persona que aparece en el imaginario de los grupos de estudiantes suele ser varón.

Y entonces surgen las preguntas en torno a por qué creen que en sus presupuestos la ciencia está ocupada por varones y no por mujeres. ¿En qué momento de la vida se instala esta idea?

La ciencia consiste en preguntarse cosas, y entonces no puedo dejar de preguntarme y preguntarles ¿Damos lugar a la pregunta en el aula?, es más ¿Alentamos a nuestras alumnas mujeres a que se hagan preguntas? ¿Habilitamos el debate y la escucha?

¿Por qué no hay más mujeres en el campo STEM? ¿Dónde podemos encontrar el origen de esta brecha? ¿Por qué las ciencias no aparecen como una posibilidad en las mujeres? ¿Donde se inicia este camino lleno de obstáculos y barreras?

Pareciera ser que lo que ofrecemos en nuestras propuestas de enseñanza tiene gran relevancia al momento de pensar en aumentar la productividad de la Argentina, ¿Nos lo tomamos en serio? ¿La sociedad nos toma en serio? ¿Hacemos algo con esto? ¿O hacemos un gran “como si”? 

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En muchas ocasiones nos encontramos con discursos de una parte de la población, pero también con una parte de quienes nos gobiernan, que sostienen que las cuestiones de género solo sirven para hacer politiquería en las aulas, sin embargo necesito recordarles algo: en el 2018, durante el gobierno de Mauricio Macri el Consejo Federal de Educación definió los contenidos de Educación Sexual Integral que se deben abordar en el nivel primario a nivel nacional, que ya tenían un antecedente fundante en la resolución 45/08. Estos son los contenidos que podemos abordar desde la ESI y trabajar en el aula por una mayor igualdad de género en el presente, pero también en el futuro de los diversos grupos de estudiantes que habitan las aulas:

◆ La igualdad para varones y mujeres en juegos y en actividades motrices e intelectuales. 

◆ Las configuraciones familiares en distintas épocas y culturas. 

◆ La diversidad en las personas: apariencia física, orientación sexual e identidad de género. ◆ El análisis de los estereotipos corporales de belleza. 

◆ La superación de los prejuicios y las actitudes discriminatorias. 

◆ Los vínculos socio afectivos con los pares, los compañeros, las familias y las relaciones de pareja. 

◆ El embarazo: aspectos biológicos, sociales, afectivos y psicológicos. 

◆ Los métodos anticonceptivos. 

◆ La prevención de las infecciones de transmisión sexual.

Estos últimos tres contenidos también están ligados a esta brecha de la que venimos hablando, ya que en el documento citado se indica que “A nivel mundial las mujeres representan el 33% de los investigadores en las ciencias,a pesar de que representan el 45% y el 55% de los estudiantes de grado y de maestrías y el 44% de los matriculados en programas de doctorado.” Una de las razones por las que se produce este fenómeno es que las mujeres quedan a cargo de las tareas de limpieza y cuidado en el hogar.

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Vuelvo a entrar al aula, les propongo que al lado de cada tarea escriban quién las hace en sus casas:

  • Lavar los platos
  • Cocinar
  • Cambiar pañales
  • Mirar el cuaderno de comunicaciones
  • Ayudar en la tarea escolar
  • Estar en el chat de mapadres del grado
  • Sacar los turnos médicos
  • Clavar un clavo
  • Ir al supermercado
  • Cambiar una lamparita

Y podemos sumar varias más. Esta actividad nos ayuda a visibilizar cómo están distribuidas las tareas en el hogar, sobre quién recae cada tarea, cuánto tiempo de ocio le queda a cada integrante de la familia, cuánto tiempo le queda a cada quien para realizar otras tareas que no estén vinculadas al hogar.

A que no adivinan los resultados.

Desarmar los techos y paredes de cristal para que más niñas se imaginen científicas requiere, desde la escuela, de un abordaje más integral (e integrado) de la ESI, y una mejor formación para que las y los docentes posean herramientas que permitan estas intervenciones. Desde ya, esto requiere más presupuesto para su efectiva implementación en todo el país, pero también es necesaria una reflexión social general con una mirada fuertemente crítica de los mensajes sexistas que se transmiten en los medios masivos (en publicidades, transmisiones deportivas, ficciones, noticieros). Hoy, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, es un buen día para volver a subrayar estas problemáticas, que no deben ser olvidadas mañana. La sensibilidad hacia las brechas de género no nos pueden durar 24 horas al año.

Publicada el 8 de marzo de 2023

Sabrina Flax@sasaciruela

Rioplatense del 84. En medio de una catastrófica crisis existencial decidió estudiar para ser maestra. Pisa las aulas hace más de 10 años en la escuela pública y vive preguntándose cosas de su ser docente. También dicta cursos en formación docente. Antropóloga recibida de la UBA. Madre y Mujer. Fanática del chocolate, los libros y la política. En IG es @sasaciruela

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