Memoria, estética, comunidad: el enorme desafío de trabajar una efeméride trágica de nuestra historia reciente en el nivel inicial.
Esta nota está escrita por cuatro personas, pero podríamos ser muchísimas más. Como todos los años, acercándonos al 24 de marzo, empezamos a pensar entre compañeras “¿Cómo lo encaramos éste año?”. Así nos fuimos juntando después de hora, mezclándonos entre equipos y repasando qué hicimos los años anteriores. Antes de decidir qué haríamos este año nos fuimos por las ramas y, entre empanadas y sanguchitos de falafel, quisimos compartir acá nuestra experiencia.
En el jardín construir Identidad, construir Memoria Colectiva, es parte de nuestra tarea cotidiana. A lo largo de la historia abordamos la memoria y la identidad como ejes que atraviesan nuestras prácticas transversalmente.
La incorporación de las fechas 24 de Marzo (Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia) y 22 de octubre (Día Nacional del Derecho a la identidad, derecho conquistado por Abuelas de Plaza de Mayo) al calendario escolar, habilitó la posibilidad de pensar nuevas preguntas. Dar entidad y el protagonismo que merece y, de alguna manera, legitimar algo que venía sucediendo: invitar a la comunidad a ser parte.
Como docentes del Nivel Inicial asumimos la responsabilidad y el compromiso de trabajar estos temas. Decidimos hacerlo ética, política y estéticamente, siempre pensando en las infancias desde una perspectiva de derechos. En este sentido, creemos en la importancia de invitar a las familias a participar de esta construcción como parte de la comunidad.
Sabemos que estas cuestiones también atraviesan a las niñeces, observamos cuántas veces estos temas parten de un interés genuino de elles. Como esa mañana en la que llegó un nene al jardín con un dibujo en la mano para compartir en la ronda. El dibujo mostraba a un nene chiquito y a una mujer con muchos rulos de la que salía un globo de diálogo que decía “nieto, ¿dónde estuviste?”. Tenemos el privilegio de escuchar la heterogeneidad de ideas, los silencios y sus preguntas. Elles hablan de la memoria, de los distintos tipos de memoria, sus usos y funciones. Preguntan, hablan de que “a los adultos les borren la memoria” como un problema, o de perder la memoria camino al jardín.
Nosotras creemos en la metáfora como construcción de sentidos. Creemos en el cuidado de la infancia, la cultura de la infancia y la pedagogía de la ternura -“¡Hasta la ternura siempre!”-. Pensamos la poesía como un puente. Si hay horror, buscamos modos de atravesarlos poéticamente a través de diferentes manifestaciones artísticas.
En nuestro trabajo nos parece muy importante, y además nos gusta mucho, registrar todo lo que hacemos. Es parte de esa construcción de la memoria de la que tanto hablamos. Para eso tenemos bitácoras. Se trata de un cuaderno de hojas blancas que acompaña a cada niñe a lo largo de su recorrido, desde que entra al jardín hasta que egresa. Allí se van guardando y atesorando diferentes recuerdos grupales e individuales de su paso por el jardín.
Lo comunitario y las familias
Con los grupos y las familias, durante los últimos años, tomamos algunas de las consignas propuestas por las Abuelas de Plaza de Mayo; por ejemplo en el 2021, fue Plantamos memoria y Florece identidad.
Además, fuimos diseñando otras propuestas inspiradas en el Tríptico de la infancia de Rosario.
Viajando con el equipo docente al tríptico, descubrimos una instalación poética llamada “ILUMINAR LA MEMORIA: retazos y fragmentos que se superponen y parecen ocultarse. Una invitación a iluminar imágenes y palabras que revelan quiénes somos y se rebelan con la persistencia de nuestras pequeñas y grandes luchas”. En la instalación se iluminaban, a través de paneles, diversas fotografías (entre ellas fotos de Estela de Carlotto con su nieto, fotos de la película “Tiempos modernos” de Chaplin…).
Esto nos valió como fuente de inspiración para crear y abordar el trabajo junto a la comunidad de familias.
Montamos en el S.U.M (salón de usos múltiples) varios hilos de totora de donde colgamos tiras de papel en blanco, proyectamos un video con fotos del jardín que registraban lo identitario del espacio y la forma en que lo habitamos cotidianamente- y la invitación a la pregunta: “¿Cómo creés que se ilumina la memoria?”. Las familias fueron entrando y, con marcadores, fueron respondiendo, tomándose el tiempo de sentir, mirar y pensar en La Memoria… a partir de lo que cada familia escribió creamos el texto colectivo que sumamos en la nota. Fue un texto muy potente, que luego compartimos por cuaderno para que todes pudieran conservarlo.
Nosotras creemos en la metáfora como construcción de sentidos. Creemos en el cuidado de la infancia, la cultura de la infancia y la pedagogía de la ternura. Pensamos la poesía como un puente. Si hay horror, buscamos modos de atravesarlos poéticamente a través de diferentes manifestaciones artísticas.
En el Jardín solemos hacer rondas donde participan todos los grupos y, muchas veces, invitamos también a las familias a participar. Organizamos algo así como una asamblea para conversar sobre diferentes temas. Esta fecha nos convoca y fue así que, abriendo preguntas y consignas a los grupos y familias, recuperamos el registro de estos textos que dan cuenta de la construcción colectiva.
Y ahora terminamos de escribir esta nota pensando que ya no somos cuatro ni muchísimas, sino todas en una sola voz porque como dijo Octavio Paz, “para que pueda ser he de ser otro, salir de mí, buscarme entre los otros, los otros que no son si yo no existo, los otros que me dan plena existencia”. Seguiremos buscándonos entre lxs otrxs, construyendo juntxs memoria, porque como canta Charly “estamos en la tierra de todos, en la vida; sobre el pasado y sobre el futuro” y porque, como escribieron las familias del jardín en una bandera, “tenemos memoria, tenemos futuro”.
Publicada el 24 de marzo de 2022.
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