La privatización es un fenómeno global que tiene su expresión en Argentina desde hace varias décadas. La expansión sostenida de la matrícula del sector privado y los subsidios a este sector evidencian este fenómeno.
Cuando nos referimos a la privatización, distinguimos los procesos de privatización “de” la educación de la privatización “en” la educación (1). En el primer caso se trata de la privatización exógena, que implica la apertura de los servicios de educación pública a la participación del sector privado en la gestión o en la provisión de diferentes aspectos del servicio educativo a través de modalidades generalmente basadas en la ganancia. El segundo se refiere a formas endógenas de privatización mediante la importación de ideas, métodos y prácticas del sector privado a fin de hacer que el sector público se asemeje cada vez más a una empresa, con la idea de su supuesta mayor eficiencia.
Nuevas formas de privatización “de” y “en” la educación conviven con las tendencias históricas. En este artículo nos interesa destacar tres tendencias que se vienen expandiendo en los últimos años que dan impulso a un modelo que busca acoplar la educación a las demandas del mercado, y en el que el derecho a la educación brilla por su ausencia.
1. La expansión de las tecnologías de la educación. Las tendencias privatizadoras y mercantilizadoras se profundizaron en el marco de la pandemia por Covid-19, a partir del cese de las clases presenciales que afectó a los sistemas educativos en todo el mundo. Las tecnologías de la educación impulsadas por el sector privado se posicionaron en el centro de la escena. En efecto, tal como lo señala Naomi Klein, durante el “shock” que supone lidiar con la crisis, el sector privado suele dar un paso al frente con soluciones de mercado, calculadas y gratuitas para resolver problemas públicos pero que se sustentan en los intereses del sector privado que busca maximizar sus beneficios y que generalmente exacerban las desigualdades existentes. En este escenario, los gigantes de Silicon Valley –Google, Amazon, Facebook– están elaborando nuevas tecnologías de inteligencia artificial, robots, aplicaciones de vigilancia para un futuro muy rentable para esas corporaciones, y que pone en serio riesgo no solo la privacidad y las libertades, sino también el empleo de miles de trabajadoras y trabajadores, incluido el sector docente.
Las tendencias privatizadoras y mercantilizadoras se profundizaron en el marco de la pandemia por Covid-19, a partir del cese de las clases presenciales que afectó a los sistemas educativos en todo el mundo.
Una investigación desarrollada por Williamson y Hogan (2020), en el marco de la Internacional de la Educación, muestra como la «industria mundial de la educación», compuesta por organizaciones privadas y comerciales, está desempeñando un papel central para introducir las tecnologías de la educación en las prácticas y en los sistemas de formación. Esta industria está marcando la agenda educativa, ofrece las soluciones técnicas a las que han recurrido los estamentos educativos gubernamentales y sigue haciendo lobby por reformas a largo plazo que supondrían la integración de empresas tecnológicas privadas en los sistemas educativos públicos mediante nuevos modelos híbridos de enseñanza y aprendizaje. Durante la pandemia, la industria mundial de la educación generó y difundió una poderosa imagen de la Covic-19 como una nueva oportunidad para reinventar la educación de un futuro digital con las plataformas de enseñanza en línea como modelos a largo plazo. Las tecnologías de inteligencia artificial han experimentado un notable crecimiento, especialmente en China, debido a su capacidad para proporcionar una educación «personalizada» sin docentes. Además, están utilizando tecnologías de vigilancia del alumnado para controlar la asistencia virtual a clase, y evaluar el bienestar y el aprendizaje socio-emocional. Las grandes corporaciones tecnológicas multinacionales, como Google, Microsoft y Amazon, han integrado a estudiantes, docentes y escuelas en sus plataformas educativas en línea y sus sistemas en la nube, aumentando las posibilidades de que las instituciones educativas públicas dependan a largo plazo de la infraestructura tecnológica privada.
Estas formas de privatización se vinculan no sólo con la expansión de un mercado educativo altamente rentable, sino también con el aumento de la injerencia del sector privado en la educación, lo que pone en cuestión la soberanía pedagógica de nuestros países, al tiempo que se profundizan las formas de control de estudiantes y docentes que ponemos a disposición de estas empresas nuestros datos e información tal como lo muestra el documental “El dilema de las redes sociales”.
2. La presencia de actores privados en el espacio público. La presencia de empresas, fundaciones y organizaciones no gubernamentales (ONG) en el campo educativo no es algo nuevo. Sin embargo, desde hace un tiempo, estos actores se vienen articulando en redes políticas junto a funcionarios estatales y tienen presencia en casi todos los países. En el caso de Argentina, esta articulación cobró impulso durante la gestión educativa de la Alianza Cambiemos, incidiendo tanto en la definición de la agenda como en la implementación de políticas públicas en educación. El Ministerio de Educación y Deportes de la Nación y algunos ministerios provinciales firmaron durante el gobierno del Presidente Macri convenios con fundaciones, empresas y ONG para el desarrollo de acciones de asistencia técnica, de formación de recursos humanos en TIC, de formación docente y de producción de información.
Un ejemplo elocuente de la firma de estos convenios, que analizamos en una investigación desarrollada en el Instituto de Investigaciones Pedagógicas “Marina Vilte” de CTERA, son los firmados por el Ministerio de Educación de la Nación y los ministerios de las provincias de Jujuy, Mendoza, Salta y Corrientes con la Fundación Varkey para brindar cursos de liderazgo educativo. En una segunda etapa se firmó un convenio con la Dirección General de Escuelas de la Provincia de Buenos Aires. Esta Fundación llegó de la mano del Presidente Macri luego de reunirse con su fundador Sunny Varkey en el Foro de Davos. Varkey es el fundador de GEMS Education, una de las empresas educativas más importantes del mundo.
Entre 2015 y 2019, los convenios para dictar los cursos de liderazgo educativo fueron firmados por cifras millonarias: 5,4 millones de dólares cada uno de los convenios con las provincias de Jujuy, Mendoza, Salta y Corrientes y 2 millones de dólares con la Provincia de Buenos Aires.
De este modo, al tiempo que realiza un negocio con fondos públicos, la Fundación brinda una capacitación que difunde valores asociados a la introducción de los principios de la Nueva Gestión Pública en el campo educativo, considerando que pueden transformar la educación sólo a través sus programas de liderazgo e innovación educativa con independencia de otros factores y de las condiciones en las que se desarrollan los procesos educativos.
La Fundación Varkey es la que entrega el Premio al Docente Global (Global Teacher Prize), que ellos promueven como el “Premio Nobel de la Educación”, otorga 1 millón de dólares a un “docente excepcional, que haya hecho una contribución sobresaliente a su profesión”. En la edición 2021 hay dos docentes argentinas entre las finalistas.
3. La formación de subjetividades en función de la lógica del mercado. El paradigma del liderazgo, la promoción del emprendedurismo, el uso banalizado de las neurociencias para la explicación de procesos de aprendizaje y la promoción de propuestas de educación emocional, son aspectos centrales en la conformación de una agenda privatizadora. Se trata de procesos de subjetivación que colocan el foco en el individuo en su cerebro, en el control de sus emociones y en formas de responsabilizarlo por los problemas y por los logros educativos, y que se corresponden con la idea de des-responsabilización del Estado como garante del derecho social a la educación (Feldfeber, Caride y Duhalde, 2020). En el contexto de lo que el filósofo surcoreano Byung Chul Han ha caracterizado como la sociedad del rendimiento, se trata de formar sujetos productivos, empresarios de sí mismos. La búsqueda constante de optimización, de pensamientos positivos y de auto-superación personal son algunas de las expresiones de este contexto dominado por el exceso de positividad al servicio de la formación de sujetos adaptados a la situación en la que les toca vivir en un mercado global.
Se multiplican los cursos y las conferencias para la formación docente en liderazgo, emprendedurismo, coaching educativo, neurociencias y educación emocional a la par que gran cantidad de docentes asisten a ellos. Nos preguntamos en qué medida los docentes encuentran, en estas propuestas que interpelan el sentido común y que entendemos como nuevas formas de privatización “en” la educación, respuestas a problemas que enfrentan cotidianamente en sus instituciones educativas.
Entender los supuestos que orientan las propuestas privatizadoras en el campo educativo puede constituir un aporte para enfrentar una larga marcha que va en sentido contrario a la materialización del derecho social a la educación.
(1) Ball, S. y Yodell, D. (2007 La privatización encubierta de la educación pública. Instituto de Educación, Universidad de Londres.
Publicada el 16 de octubre de 2021.
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