Ideas, planificaciones y preguntas existenciales para transitar las aulas.

Aprobaste, pasaste raspando

Diciembre 2021

Buenas, imagino que estás feliz, palpitando las vacaciones, ya preparando el vermucito que nos acompañará hoy. Ya que estamos te dejo esta nota del año pasado donde habla de tragos y trae recetas (shhh , yo no te dije nada).

Diciembre es de amor y felicidad, así que para mí combina muy bien con esta cortina de fondo, que por cierto es mi canción preferida del universo ¿la tuya cuál es?

En este encuentro, el último de este año, te quiero hablar de algo que me tiene un poco inquieta y lejos de manifestar verdades absolutas necesito vomitarte todas mis dudas, ¿Me bancás? ¿Me ayudás a pensar? Quiero que le demos vueltas al asuntito de la evaluación. No sé, siento que mi relación con la evaluación fue mutando a lo largo de los, ni muchos ni pocos, ni sonsos ni perezosos, 14 años dentro del aula, (y toda la vida dentro pero del otro lado del escritorio).

Cuando era chiquitita como pulga, me ponía muy nerviosa frente a las pruebas, pero las necesitaba mucho para que me digan lo buena alumna que era, me sentía orgullosa con cada sobresaliente y me latía el corazón cuando llegaba a casa con la buena nota. En el secundario me pasó un poco de eso y llegó, por supuesto, el primer reprobado, un 3 en físicoquímica. Tanto me traumó, que en el taller de escritura que teníamos en Lengua y literatura, escribí un relato que lo titulé “maldito 3” y hablaba de la sensación inmunda de estar esperando un aplazo.  Si quizá me estén leyendo, Edu (profe de físicoquímica) y Roxi (profe de Lengua y literatura) sepan que aún los evoco y les agradezco todo lo que me han enseñado. De Físicoquímica no sé nada, pero las clases eran muy entretenidas y divertidas y de Lengua y literatura qué decir, es básicamente mi vida, así que GRACIAS PROFE.

Pero bueno, volviendo al temita de la evaluación, se armó medio lío hace un par de semanas porque se conocieron los resultados en el ERCE que realiza Unesco con un dispositivo de evaluación con multiple choice. Acá te dejo un par de notas a modo ilustrativo acerca de qué dicen los grandes medios de comunicación al respecto. Por acá algunos datos duros, por este otro lado algún tipo de análisis en relación al desfinanciamiento educativo que venimos sufriendo en el país. En esta nota encontré algunos ejercicios que tomaron en los dispositivos 2019 para que entendamos de qué va la cosa. Pero si te interesa mucho mucho y sos amante de las estadísticas te dejo el enlace de la charla de más de 4 horas donde “les analistas” analizan los resultados.

Así que acá estamos, preguntándonos por la evaluación. Así que lo primero que te propongo es que nos pongamos de acuerdo o al menos que nos sinceremos con lo que entendemos por evaluación. Hay mucho escrito, pero tomo como base un texto que leí allá y hace tiempo, en el profesorado (y sé que seguramente vos también lo leíste), se trata del capítulo 8 del libro “El ABC de la tarea docente: currículum y enseñanza” de Silvina Gvirts y Mariano Palamidessi.   Si no te acordás de nada y no tenés tiempo para leer te lo resumo un poco, parafraseo y meto inquietudes:

Les autores sostienen que las evaluaciones, que no sólo se dan en el ámbito educativo, sino en múltiples aspectos de nuestras vidas cotidianas, surgen de un examen, es decir de una indagación. Que ésta se da en una prueba que tiene más que ver con una experimentación y se obtiene a partir de ella un tipo de información.

Todo esto me hace pensar mucho en un método científico: pregunta – hipótesis –  experimentación – conclusión. Las dos primeras fases serían la indagación; la experimentación vendría a ser la prueba (o el dispositivo que se elija) y las conclusiones vendrían a ser aquella información que nos brinda la instancia.Ahora bien, no todo es tan bonito. Porque a su vez la prueba suele tener una calificación y ésta a su vez permite acreditar y por ende promocionar o no. A ver, vayamos por partes. En primer lugar, me parece fundamental centrarnos en esto de la información que nos otorga una prueba. Creo que aquí hay mucho por pensar. Lo primero que deberíamos hacer es identificar qué es lo que quiero relevar y para qué. El propósito de mi decisión docente. ¿Quiero tomar una prueba para que les estudiantes enfrenten esa situación? ¿Quiero tomar una prueba para saber qué contenidos están más afianzados y cuáles no? ¿Quiero tomar una prueba para controlar? ¿Quiero tomar una prueba para que las conducciones, supervisiones, familias y sociedad toda no me rompan los ovarios? Bueno, qué sé yo, todas me parecen válidas, pero tengo que tener en cuenta para qué tomo esa prueba. Porque dependiendo del para qué voy a usar uno u otro dispositivo, las preguntas van a variar, el tiempo destinado a esta tarea también y todo el tiempo anterior que le destine a enseñar esos contenidos también.

Y acá se viene lo interesante. Te voy a contar una situación personal de este año para que se entienda a donde estoy yendo: este año no tomé las típicas pruebas que se esperan en el área de prácticas del lenguaje. En cambio, tuvimos varios procesos de escritura muy largos y de mucho esfuerzo, en donde hubo varias instancias de revisión y corrección, de reflexión sobre el lenguaje, de intercambio con otres compañeres hasta lograr un producto final que amamos (o por lo menos yo). Esta decisión también la tomé teniendo en cuenta que el grupo con el que trabajé, por diversas razones, tuvo muy poca escolaridad el año anterior y en el presente ciclo lectivo tuvieron dificultades en sostener la asistencia.No obstante, entre los meses de julio y agosto debimos tomar una pausa evaluativa que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires dispuso. El dispositivo está armado por personas externas a la escuela, es decir desconocen el recorte que realiza une u otre docente (tema sobre el que volveré). De todos modos, suele suceder que para febrero conocemos con qué cuento se trabajará y eso nos permite planificar una secuencia en la que les estudiantes se familiaricen con el texto, puedan hacer ejercicios similares a los que se proponen y lleguen a la instancia de prueba sin presiones (o no tantas).Este año también les mismes estudiantes tuvieron que hacer hace pocos días las pruebas Aprender. Éstas son a nivel nacional. Este dato no es menor, porque si bien hay Núcleos de Aprendizaje Prioritarios, cada jurisdicción hace una bajada, es decir tiene sus propios Diseños Curriculares, por lo tanto. el recorte que hace cada docente, pero además el recorte que hace cada jurisdicción es distinto.

Este dispositivo difiere muchísimo de cómo trabajamos en las aulas, ya que las respuestas son con el sistema de múltiple choice; no sólo eso, les docentes no tenemos permitido ver las pruebas, es decir no conocemos qué consignas les preguntan a les estudiantes, por lo que no podemos diseñar una propuesta de enseñanza que este en vínculo con aquello que se desea saber. En estos dispositivos también hay espacio para completar con datos socioeconómicos personales de les estudiantes y sus familias. Además, las personas que aplican dichas pruebas son externas al grado y no pueden hacer ningún tipo de intervención. Esto implica una concepción bien distinta de entender a la evaluación como una instancia de aprendizaje.Y después están las pruebas del ERCE realizadas por la UNESCO, más parecidas a éstas últimas, pero que encima las consignas están forzadas a tener en cuenta no solo los recortes curriculares de les docentes, de las escuelas, de cada jurisdicción, sino también los recortes nacionales: 
¿Qué se espera que aprendan los estudiantes de América Latina y el Caribe? Análisis curricular del Estudio Regional Comparativo y Explicativo (ERCE 2019)unesdoc.unesco.org
Pues bien, dejo abiertas algunas inquietudes, ¿Qué información queremos relevar? ¿Cómo hacemos para armar un dispositivo que contemple realmente los recortes curriculares, los enfoques pedagógicos y didácticos, las trayectorias escolares de cada grupo? ¿Es posible obtener información fidedigna en estas condiciones? ¿Pero si supiéramos las consignas de antemano, esta información no influiría en el diseño de la propuesta de enseñanza? ¿No estaríamos frente a lo que no queremos: enseñar para aprobar?

Para Sasa, ¿no querés enseñar para aprobar? No. Y un no rotundo. Yo enseño para transformar. O al menos eso intento creer.  ¿Qué hacemos entonces?

Muchas personas seguro piensen, claro, hay que cambiar la currícula, o qué desastre que son les docentes, o qué país de mierda tenemos. Bueno, yo les digo, ayúdenme a pensar. Si tenemos en cuenta lo que decíamos antes en torno al propósito de una prueba y la elaboración del dispositivo en función de ella me parece a mí que no debemos olvidar quiénes hacen los dispositivos. ¿No puede ser posible que los dispositivos tengan que pensarse en función de qué recortes didácticos y pedagógicos se estén haciendo? ¿De qué me sirven consignas con contenidos que por alguna razón (hay miles) aún no se trabajaron? ¿Qué les estamos diciendo a les estudiantes (pues claro, mi ciela, las evaluaciones deben brindar información también para elles) si les enfrentamos a situaciones de evaluación en formatos que no se abordan en las aulas, a contenidos que no conocen? No tengo verdades, te lo anticipé desde el inicio. Solo incertidumbres y muchas ganas de todo.

En fin no me queda mucho más tiempo, pero antes de despedirme te quiero dejar una de mis cápsulas didácticas, porque si estás como yo todavía te quedan días de clase y si ya entraste en ese hermoso momento de estar en la escuela sin pibites te queda este correo para el año que viene.

¡Hasta el año que viene!¡Felices vacaciones!
Sabrina Flax@sasaciruela

Rioplatense del 84. En medio de una catastrófica crisis existencial decidió estudiar para ser maestra. Pisa las aulas hace más de 10 años en la escuela pública y vive preguntándose cosas de su ser docente. También dicta cursos en formación docente. Antropóloga recibida de la UBA. Madre y Mujer. Fanática del chocolate, los libros y la política. En IG es @sasaciruela

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