El atentado contra Cristina Fernández de Kirchner dejó a todo el país sin aliento. Algunas ideas que pueden ser pertinentes para pensar el aula de los próximos días: ¿cómo volvemos a construir una ciudadanía democrática?
Vivimos días de conmoción en Argentina. El intento de magnicidio a la Vicepresidenta de la Nación, dos veces Presidenta y ex senadora y diputada nacional, quien es una figura política de relevancia central en nuestro país desde hace más de diez años, fue captado por decenas de cámaras de televisión y celulares, transmitido en directo, dejando sin aliento a un país entero. Desde ya, manifestamos nuestro más categórico repudio al atentado y nuestra solidaridad con Cristina Fernández de Kirchner.
Semejantes eventos no pueden pasar desapercibidos en la escuela. Merecen una reflexión ardua, respetuosa, pero con límites claros bien demarcados, como nos habilitan las leyes educativas y los diseños curriculares. Como docentes, en Gloria y Loor reflexionamos sobre algunas posibilidades para pensar colectivamente sobre un suceso de semejante gravedad, y las precauciones que debemos contemplar frente a un tema que es, también, controversial por poner en juego los posicionamientos político-partidarios de nuestrxs estudiantes y de nosotrxs mismxs. Lxs docentes no sólo tenemos que decir algo a nuestrxs estudiantes el lunes en las aulas sino que estamos obligadxs -siempre contextualizadamente- a hacerlo ética, profesional y legalmente. Esa contextualización, obviamente, depende de cada escuela y cada aula pero sobre todo de cada nivel educativo: tal vez en nivel inicial, si emerge el tema, sea más necesario centrarse en dimensiones éticas acerca de la violencia y sus consecuencias, y tal vez lo mismo para encarar el primer ciclo de la escuela primaria. Ya en el segundo ciclo entran en juego dimensiones políticas concretas y jurídicas, en las que tal vez vamos a hacer más énfasis.
Pensamos entonces algunas ideas que van a continuación, en una editorial extraña, como extraños son estos días, una editorial cuyo foco estará puesto en enumerar algunos aspectos que suman a la construcción colectiva de una didáctica ad hoc que nos permita movernos el lunes en las aulas de nuestro país.
1. Resulta fundamental que todos lxs docentes tengamos claro que la Democracia es un contenido específico a abordar en todos los niveles del sistema educativo. En su artículo 3° la Ley de Educación Nacional establece que “La educación es una prioridad nacional y se constituye en política de Estado para construir una sociedad justa, reafirmar la soberanía e identidad nacional, profundizar el ejercicio de la ciudadanía democrática, respetar los derechos humanos y libertades fundamentales (…)”. Entre sus fines y objetivos -artículo 11° inciso “c”- se encuentra también “brindar una formación ciudadana comprometida con los valores éticos y democráticos de participación, libertad (…)”. El artículo 92° inciso “c” establece que formarán parte de los contenidos curriculares que son comunes a todas las jurisdicciones “El ejercicio y construcción de la memoria colectiva sobre los procesos históricos y políticos que quebraron el orden constitucional y terminaron instaurando el terrorismo de estado, con el objeto de generar en los/as alumnos/as reflexiones y sentimientos democráticos y de defensa del Estado de Derecho y la plena vigencia de los Derechos Humanos (…)”. Estos contenidos son reproducidos también en las leyes provinciales de educación, y permiten recuperar la idea del docente como agente público, que debe estar atentx a normativas que van más allá de sí mismx como los diseños curriculares. En caso de situación conflictiva con algún miembro de la comunidad educativa, también es relevante conocer con claridad los aspectos del currículum institucional (PEI, PCI y otros) que otorguen sostén al accionar docente.
2. Ya en el aula, es importante establecer los marcos en los cuales se llevará adelante la discusión. Estos marcos son, necesariamente, los que señalan las leyes vigentes y los límites del disenso legítimo en sociedades democráticas, que señalan qué podemos y qué no podemos decir en las aulas. El pensamiento crítico no debe habilitar ofensas ni estigmatizaciones ni la circulación sin regulación de opiniones que se escuchan en la calle sobre grupos étnicos, sociales, partidarios, sobre distintas orientaciones sexuales, etc. Afirmar que el problema es que la persona que cometió el atentado falló porque sería mejor que la Vicepresidenta hubiese muerto no es una postura propia del pensamiento crítico, es una expresión de odio que no debe tener lugar en el aula porque ofende, estigmatiza e incita a la violencia, violando consensos ya socialmente establecidos sobre normativas tan importantes como aquellas que rigen los derechos humanos.
3. Es probable que, entre lxs estudiantes, surjan cuestionamientos asociados a la veracidad de los hechos. “¿Fue un montaje?” “¿Se trató de un escenario armado para desviar la atención de un juicio que tiene como protagonista a la Vicepresidenta?” Corresponde permitir que se planteen estas reticencias con tranquilidad e introducir contrastaciones con todas las fuentes periodísticas. ¿Existió algún medio de prensa nacional o internacional, opositor o afín al gobierno nacional, que haya afirmado que se trató de un montaje? Recomendamos implementar un buen uso del pizarrón donde se puedan observar puntos a favor y puntos en contra de la hipótesis del montaje, permitiendo autorregulación entre lxs mismxs estudiantes que deberán sacar sus conclusiones en base a la información de la que se dispone en el momento. También es necesario aclarar que los pormenores de lo sucedido deben ser establecidos en el marco de una investigación que desconocemos, pero que de todos modos lo visto a la luz de medios y redes sociales deja bastante poco margen para una hipótesis semejante (el sonido del gatilleo, el tatuaje del agresor que coincide con el de las fotos de sus redes sociales, las balas encontradas en el allanamiento a su domicilio). De todos modos, ante casos que involucran al Poder Judicial, siempre se debe volver a remarcar la presunción de inocencia establecida en el artículo 18° de la Constitución Nacional, aún en las situaciones más aberrantes y de resolución más aparentemente evidente.
4. Para abordar este tema, lxs docentes deben tomarse un tiempo con el objetivo de desarrollar algunos conceptos centrales propios de los saberes de la política, o volver a repasar estas categorías si ya fueron desarrollados en otro momento del año o en ciclos lectivos anteriores. Sugerimos algunas palabras estructurantes: democracia – autoritarismo – magnicidio – desestabilización – instituciones – república. Es importante que al finalizar la clase estén claros los vínculos que existen entre este hecho en particular y cada uno de los conceptos elegidos.
Afirmar que el problema es que la persona que cometió el atentado falló porque sería mejor que la Vicepresidenta hubiese muerto no es una postura propia del pensamiento crítico, es una expresión de odio que no debe tener lugar en el aula porque ofende, estigmatiza e incita a la violencia, violando consensos ya socialmente establecidos sobre normativas tan importantes como aquellas que rigen los derechos humanos.
5. Otra pregunta relevante que puede instalarse en las aulas refiere a la importancia que se le otorgó a este hecho, porque “al kioskero del frente lo balearon y falleció y nadie decretó un feriado por este tema”. Los feriados, en su origen histórico, están destinados a que una comunidad se dé un momento de reflexión. Eso no significa que necesariamente se trate de un momento solemne, ya que también puede tratarse de una celebración, pero siempre en torno a una temática, persona, divinidad o suceso. El jueves, en Argentina, pasó algo de extrema gravedad que nos dejó llenos de estupor. La decisión de disponer un feriado, creemos, aporta tiempo para que, por ejemplo, estemos escribiendo esta editorial, ordenando ideas, pensando sobre la marcha cómo encarar un tema que cayó como un rayo sobre nuestra cotidianeidad. Más allá de los conceptos que aparecen en las leyes y los diseños curriculares, el intento de asesinato a Cristina Fernández de Kirchner no está en ninguna norma educativa, pero es una ocasión que requiere una reflexión profunda. Ahora bien, esa reflexión profunda, desapasionada, nos requiere como ciudadanxs -y alumnxs y docentes- un alejamiento prudente del tema para ordenar las ideas. Y para eso son esos momentos. Un grupo amplio de la sociedad decidió movilizarse y, tal vez, esa movilización les sirvió a quienes asistieron para poder recuperar lazos y correrse de la angustia por un momento. Entonces, sobre este asunto, pueden surgir en el aula algunos interrogantes para problematizar: la muerte de aquel kiosquero, muy lamentable por cierto, ¿pone en riesgo las instituciones de un país? ¿Qué casos conocemos de hechos y procesos históricos trágicos que se hayan desencadenado luego de un atentado a un alto mandatario de alguna nación? Lxs docentes debemos poder proveer de ejemplos semejantes de distintos momentos históricos que permitan evaluar los riesgos que un episodio así puede acarrear, independientemente de las personas involucradas. En una dinámica política cargada de tensión -que además es análoga en varios países del mundo, como Estados Unidos, España, Brasil o Chile- el asesinato de Cristina Fernández hubiera desencadenado, probablemente, una situación de inestabilidad social imposible de predecir. Escenario que, aún en los momentos más críticos de nuestra historia democrática, no encuentra equivalente.
6. Un tema que nos parece interesante introducir tiene que ver con el lugar histórico de las mujeres en altos mandos de poder. A pesar de todos los avances producidos al respecto, al día de la fecha menos del 20% de las mujeres del mundo ocupan altos mandos de decisión. La temática se articula con Educación Sexual Integral: ¿existen, acaso, mecanismos que “nos quitan las ganas” a las mujeres para ocupar estos puestos? ¿Trata la prensa en particular, y el público en general, de manera diferenciada a las mujeres que ejercen poder en nuestro país? Recomendamos repasar otros casos como los de Ofelia Fernández o María Eugenia Vidal, permanentemente hostigadas por su peso o su vestimenta. También sugerimos observar este hilo de Twitter de María Florencia Freijo, que posee mucha información contextual al respecto.
7. Las cosas que se dicen y se repiten todo el tiempo hasta el cansancio en una sociedad, ¿pueden tener vínculo con éste u otros hechos siniestros? Entendemos que esta pregunta es un pie para trabajar con el concepto discursos de odio. Retomamos las preguntas de Pedro Núñez en Twitter: ¿cómo definimos cuándo es odio y cuándo crítica política? ¿Podemos reconocer un discurso de odio, más allá de nuestras posturas políticas partidarias personales? ¿Es lo mismo un discurso de odio que una declaración violenta? ¿Importa el lugar de poder desde el cual emanan palabras crueles para definir qué es un discurso de odio y qué no? ¿Es lo mismo un diputado nacional pidiendo pena de muerte por razones políticas -expresamente prohibida en la Constitución Nacional- que un canto de cancha o que la declaración de una persona recién asaltada? ¿Puede ser admisible una agresión de aula si no parte desde un lugar de poder, entonces? ¿Qué incidencia tenemos todxs lxs ciudadanxs, al expresar violencia públicamente -en nuestras redes, en nuestros estados de WhatsApp-, en la construcción de un clima generalizado de violencia? Desde nuestra perspectiva, el propósito áulico sería desarrollar la idea de que las palabras construyen realidad, apostando a una crítica a la creciente polarización política donde insultos y estigmatizaciones van y vienen de forma para nada constructiva. Se propone hacer un listado de calificativos circulantes en los medios y la sociedad que pueden ser categorizados como propios de discursos de odio, independientemente de la postura político-partidaria a la que adscriben, por su contenido de discriminación hacia un otro distinto (asociación con xenofobias, racismos, misoginias, etc.).
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La educación política, como dice Montserrat Casas Vilalta, es una parte fundamental e inseparable de la formación democrática y, en este sentido, es misión indeclinable de las escuelas, más aún frente a hechos como el acaecido el pasado jueves. Isabelino Siede, por otro lado, se pregunta si la educación política tiene algún sentido, y se contesta firmemente que “sí, pues su propósito es producir condiciones para hacer efectiva la democracia, para suscitar resistencias y propuestas que nos encaminen hacia una sociedad más justa. La educación escolar es una vía indispensable de distribución de saberes y construcción de herramientas de poder […] La escuela no puede cambiar el orden social en que se inscribe, pero puede contribuir a generar cambios en las miradas, comenzando por la propia mirada del maestro.”
La escuela es el único y privilegiado lugar donde podemos compartir con otros y otras -nuestrxs alumnxs- miradas fuera de la lógica antagónica amigo-enemigo, corriéndonos por un momento de nuestras pasiones inmediatas sobre algunas figuras o sucesos políticos; donde la democracia no sólo puede tener lugar, sino que efectivamente tiene lugar como ámbito de deliberación de iguales, bajo la mirada profesional de lxs docentes. Pero es importantísimo recordar que no es nuestra opinión la que juega los próximos días en la escuela; el aula no es un café ni un asado familiar, lxs docentes tenemos que abordar sucesos de esta magnitud con la Ley de Educación Nacional, las leyes de educación jurisdiccionales y los diseños curriculares en la mano. Somos agentes estatales profesionales que distribuimos cultura, somos impulsorxs de una reflexión ciudadana crítica, democrática y justa.
Bibliografía sugerida
CASAS VILALTA Montserrat (2004), “Algunas reflexiones sobre la formación para la ciudananía democrática. Pensar el futuro partiendo del presente”. Disponible en:
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=1449168, fecha de consulta 3 de septiembre de 2022.
CESCA Patricia y Denkberg Ariel (2014), “Los saberes de la política”. Diploma Superior en Curriculum y Prácticas Escolares en Contexto. FLACSO.
POSTAY Viviana (2019), “Aportes para una didáctica del pensamiento crítico en la escuela secundaria: orientaciones para el docente”. En MODO IES, Revista del Instituto de Enseñanza Secundaria, Nro 2, Villa Carlos Paz.
Disponible en:
SIEDE, Isabelino (2013). La educación política. Buenos Aires, Paidós.
Publicada el 3 de septiembre de 2022
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