Cap.4: BACK TO BASICS

Instrucciones para sobrevivir en la gestión escolar - IV Marzo 2022

MENOS INNOVACIÓN EDUCATIVA Y MÁS BACK TO BASICS
¡Muy buenos días, amigos y amigas de Gloria y Loor! Bienvenidos a la cuarta entrega de Máximas de una Directora de Escuela, espacio que pretende otorgarte instrucciones sencillas y aplicables para gestionar tu institución educativa y no perecer en el intento.

Comienza un nuevo ciclo lectivo y a directoras y directores nos inundan indicaciones diversas y muchas veces cruzadas que vienen desde arriba. Inspectores, Subinspectores, Secretarios, Ministros… Encima vivimos en un país que desde la Constitución de 1853 habita una mescolanza complicada en relación a qué competencias tiene el gobierno provincial y cuáles corresponden al gobierno nacional en materia de educación. Por lo tanto, TODOS tienen alguna indicación para darte, y como el aparato burocrático es ENORME, la multitud de circulares, memos, órdenes orales y escritas que podés llegar a recibir de distintas reparticiones es francamente monstruosa.  Y ni te cuento en contexto de (¿pos?) pandemia.El Director o Directora novel muchas veces se siente desbordado por este tipo de comunicaciones, y suele sentir la necesidad de cumplir absolutamente con todo y al pie de la letra. Empecemos por sincerarnos: algunas de estas órdenes son imposibles de implementar en la práctica y su mera existencia responde a un conjunto de intereses y presiones que los Estados poseen por distintas cuestiones y que no vamos a desarrollar aquí. Y algunas veces estas órdenes presentan (como dice mi Vicedirectora) novedosas soluciones para problemas que no existen.  

Lo que realmente me interesa es que sepas es que hay bastante de ficción en estas demandas, así que no estaría mal que te amigues con la idea de que deberás decir algunas mentirijillas blancas que te permitan sobrevivir sin volverte loco… sabiendo que esas mentirijillas muchas veces serán aceptadas en un contexto de como si.  Más o menos como cuando el Director Skinner recibe la visita del Inspector Archundia en su casa, y en un descuido de la puerta vaivén el Supervisor vislumbra un fuego descontrolado en la cocina. Skinner, con total presencia de ánimo y seguridad, argumenta que se trata de la aurora boreal, y el Supervisor hace como que le cree.O sea, más que cumplir CON TODO y CON TODOS, empezá por fijarte cuáles de estas demandas es posible llevar adelante, cuáles ya están subsumidas en trabajo que ya se está realizando y cuáles son imposibles y requerirán que apliques la técnica de la aurora boreal de Skinner sin culpa ni piedad, porque una mentirijilla blanca e inocente no mancha el curriculum y no te convertirá (como dice un amigo Director) en responsable de la tragedia educativa argentina.

Instrucción Nro 4:  En el ciclo lectivo 2022, menos innovación educativa y más back to basics.

En el capítulo dieciocho de la séptima temporada de Gilmore Girls, Taylor Doose, que viene siendo algo así como el Director del pueblo de Stars Hollow, informa a la gente que el Festival de Primavera tendrá una importante innovación: un gigantesco laberinto de heno.  Taylor anuncia la novedad cuando el proceso ya está en marcha. En efecto, unas horas antes ha peleado violentamente con el dueño de la cafetería más importante del pueblo (Luck Danes) porque el laberinto, que se proyecta enorme, majestuoso e inolvidable, bloquea las fachadas de los negocios locales.  Pero esto no es todo: un conjunto de tradiciones del Festival de Primavera  han debido cancelarse porque no resultaban compatibles con el genial laberinto de paja.  Entonces, entretenimientos históricos muy populares tales como el concurso de comer pasteles, montar un poni o los puestos artesanales de limonada o almendras no estarían disponibles para los turistas que ya estaban alojados en la hostería local.  En su afán innovador, Taylor también remueve la romántica pérgola de la plaza principal, cuyo valor sentimental es muy importante para las personas que habitan Stars Hollow.

Foto: La innovación de paja ideada por T. Doose cubriendo toda la Stars Hollow de las chicas Gilmore.

En las escuelas a veces pasa lo mismo.  Sucede que directores y directoras hemos sido bombardeados en nuestra formación de grado y en la trayectoria profesional con el misticismo heroico del docente innovador. Nos dicen que para enseñar hay que innovar siempre.  El docente innovador es joven, inconformista, todo el tiempo anda buscando algo nuevo para hacer con los alumnos.  El docente innovador trae ideas geniales y las pone en práctica con flexibilidad y astucia para gambetear la burocracia.  Los alumnos aplauden al docente innovador que los saca de la tristeza, de la abulia escolar y los conduce a escondidas, como Jack Black en la escuela primaria de School of Rock,  a armar un grupo de rock y a competir en la batalla de las bandas. 

Muchas veces la innovación educativa deviene categoría fetiche y la sala de profesores se transforma en un falso Boca-River entre innovadores y conservadores. Buenos y malos.  Jóvenes de cuerpo y/o de espíritu versus viejos apegados al diseño curricular. Rebeldes que ignoran las normas portando una falsa remera de “los chicos primero” versus prudentes que piensan antes de actuar pero no consiguen aprendizajes significativos.  Todo un escenario impostado que lamentablemente tiene asidero en series y en películas que entronizan a estos muchachos y muchachas que luchan contra el sistema y desacreditan como “aburridos” a los que hacen el silencioso, imprescindible y cotidiano trabajo de enseñar los contenidos fundamentales del nivel que corresponda. Oh, innovación educativa, cuántas estupideces se cometen en tu nombre.

Foto: Buscando dinero, Dewey Finn  finge ser maestro sustituto en una escuela primaria privada de los Estados Unidos. Ahí utiliza a los alumnos para lograr su objetivo de ganar el concurso “Batalla de las Bandas”. Sus métodos innovadores son muy divertidos pero incompatibles con las necesidades del sistema educativo formal. La película finaliza mostrándonos el éxito de Dewey como profesor particular en una academia de música en su propia casa. (School of Rock, dir. Richard Linklater, USA 2003)

Queridos y queridas colegas, puede haber enormes dosis de narcisismo individualista en este estereotipo tan festejado, muchas ganas de estrellato y poco o ningún deseo de respetar el trabajo colectivo . Déjenme decirles que el docente innovador puede llegar a ser tremendo insoportable. Y el Director innovador, ni te cuento. Se puede convertir sin darse cuenta en un Taylor Doose que ni se percató de que la hostería estaba llena de personas que esperaban con ansias el concurso de comer pasteles del Festival de Primavera.  La escuela es, antes que nada, un espacio de transmisión de cultura de las generaciones más grandes a las generaciones más jóvenes. Es decir, lo primero que hay que asegurar en la escuela es algo muy conservador, y no está mal pensarlo así.   Es por esto que te digo que, si sos Director o Directora, seas especialmente cuidadoso al manejar las innovaciones educativas que propondrás para tu escuela. (Quiero insertar aquí una digresión. Diríase que estas recomendaciones que vierto mes a mes son hijas de mi innata sabiduría pero no: he cometido todos los errores posibles en diez años de gestión directiva, así que, querido lector, cuando repases estas letras tené en cuenta que te hablo desde el dolor de todas esas equivocaciones pasadas. Tal vez esta realidad te sirva para ser más amable con vos mismo y eludir un poco ese horrible sentimiento de culpa que suele aquejarnos a directores y directoras de escuela).

Por cierto que, más allá de los clichés que describí,  innovar está buenísimo. Lo que no está bueno es reventar a tu personal corriendo detrás de la zanahoria de la innovación o desconocer la importancia de lo que se trabaja en el presuntamente descolorido cotidiano, porque es ahí donde se juega el hacer escuela.  Siendo Director o Directora, es fácil perder el norte y despertarte un día sintiéndote una especie de organizador de fiestas y eventos que está preocupado exclusivamente por montar espectáculos de fuegos artificiales.  El meollo de la educación es mucho más simple que todos estos shows: como dicen Hannah Arendt o Estanislao Antelo, la educación tiene que ver con pasar a otros el tesoro más valioso de la humanidad, que viene siendo la cultura. Quitate de encima el mandato de inagurar una escuela full nueva: nadie espera eso de vos y puede resultar absolutamente estresante y contraproducente para el Director y para los otros. Y, para todo lo que sea nuevo, seguí estas cuatro pequeñas orientaciones:

Más que como El Gran Innovador, pensate como un inaugurador de nuevas pequeñas tradiciones. Intentá que estas tradiciones vayan sumando a la sistematización igualitaria de lo que se enseña en la escuela, no al estrellato narcisista de un docente en particular.Comenzá de a poquito, con esta maestra, en esta sala. Andá probando el funcionamiento de las innovaciones, sobre todo en casos complicados. Siempre elegí el lugar más cómodo para arrancar. Por ejemplo, si tu secundaria tiene varias orientaciones y tu idea es implementar prácticos semanales en laboratorio en la asignatura Química, empezá trabajando el tema con los profesores y alumnos de la orientación en ciencias naturales, perfecciona la innovación desde ahí y luego movilizala hacia la Química de orientaciones como sociales, arte o economía.

Revisá las innovaciones todos los años.  A veces se cristalizan innovaciones que van perdiendo sentido por distintos motivos, porque ya se incorporaron al curriculum oficial y están generando superposiciones, porque se asociaban a un momento puntual como el aniversario de la escuela… por estas y otras cosas es imprescindible una reconsideración anual de la innovación educativa implementada.Recordá que una innovación educativa en formato “proyecto” puede llegar a comerse el curriculum de un año entero. Es decir, tus chicos pueden estar muy felices con (por ejemplo) el periódico de la escuela, pero tal vez termine el año y te des cuenta que se destinaron tantísimas horas y espacios para dicho periódico que esos chicos la pasaron bomba pero terminaron el grado casi sin saber multiplicar. Evitá el efecto “laberinto de heno de Taylor Doose”.

Apartado especial merece el momento particularísimo que estamos viviendo. Para el 2022 te voy a recomendar que te alejes de las innovaciones y que cultives un sanísimo back to basics.  Los especialistas en diseño de indumentaria dicen que para organizar tu vestuario siempre tenés que tener un fondo  de armario: la camisa blanca, el jean de corte recto, un pantalón y un vestido negros…  se trata de un conjunto de prendas imprescindibles que permiten montones de combinaciones y que evitan que gastes grandes sumas de dinero al vicio en tendencias de corta duración.  El tema es que, en las escuelas, la pandemia ha destruido nuestro fondo de armario educativo, todo eso que se debe conservar para que, justamente, exista escuela.  Como director, tenés que impulsar una reorganización de los básicos para reconstruir el fondo de armario escolar.  Estos básicos son conservadores y construyen un piso desde el cual rearmar la escuela.  Mi ex alumna del secundario (permítanme el autobombo docente, que la vida es corta y triste) y actual consultora y capacitadora Sofía Contreras dice, en su estupendo workshop sobre Gestión del Tiempo, que el superpoder de nuestra época es la capacidad de hacer foco.  En efecto, es imposible aprender algo sin enfocarse. Pero resulta que, durante la pandemia, no hubo otra más que recurrir full time al teléfono celular para hacer escuela.  Y ahí nos fuimos de mambo sumergiéndonos en lo que Contreras y otros autores denominan piscinas infinitas de la internet y de las redes, porque si es imposible para un adulto consultar su correo sin distraerse con mensajes de whatsapp, notificaciones de Facebook, publicidades justitas para nosotros cimentadas en algoritmos precisos y escandalosos… ¡pues imaginate para un niño o un adolescente, cuya mente recién se está abriendo a la enorme diversidad de este complejísimo mundo!

El fondo de armario de la escuela son un conjunto de objetos, hábitos y rutinas escolares que sostienen todo aprendizaje y que, mal que les pese a algunos, son eficientes desde hace más de un siglo porque permiten, justamente, enfocarse para poder aprender.  Este año, este 2022, está para reconstruirlos.

Instalar largos momentos en los que el celular quede bien guardado en la mochila. Copiar lo que la maestra escribe en el pizarrón y no sacarle fotos para organizarlas en un “después” que nunca llega. Tener una carpeta de clase con hojas Rivadavia y separadores de colores y dejar de escribir en las “notas” del teléfono mientras se miran las últimas publicaciones de Instagram.  Priorizar, siempre que las condiciones materiales de familias y/o bibliotecas escolares lo permitan, manuales y libros en formato papel.  Recuperar espacios para izamientos de bandera y actos patrios, porque tienen un enorme poder ordenador y transmisor del sentido de lo escolar. Tomar pruebas escritas individuales en el aula, y aflojarle un rato a los trabajos de grupo subidos al aula virtual, tan poblados de “corte y pegue”. Pasar banco por banco para mirar cómo se está resolviendo un ejercicio, corrigiendo e interactuando cara a cara con el estudiante. Rehabilitar la atención para escuchar la explicación de un tema difícil por más de dos minutos sin dejarse guiar por la mentirosa antinomia divertido/aburrido: guste o no, los chicos no van a la escuela para divertirse, van para aprender, porque para divertirse está el fútbol en la plaza, Netflix o la salida con amigos, el aprendizaje requiere de esfuerzo y concentración y es necesario reorganizar las condiciones para que se produzca (claro que una cosa es “la diversión” y otra muy distinta cuidar didácticamente tu clase para hacerla más atractiva, no confundamos el aserrín con el pan rallado).

Querido colega Director o Directora: ya estás bien armado para empezar este ciclo lectivo 2022. Que no te corran ni por izquierda ni por derecha porque vos y yo sabemos que la gestión es otra cosa.   Y si te molestan mucho desde arriba, vos acordate:  “AURORA BOREAL”.   

Besitos y hasta el primer viernes de abril. Vipi.-
Viviana Postay@vipiresca

Viviana Postay Dirección editorial Cordobesa nacida y criada. La gloriosa Universidad Nacional de Córdoba le dio tres títulos: Profesora y Licenciada en Historia y Magister en Investigación Educativa. Durante más de once años fue miembro del equipo de conducción en una escuela secundaria de más de ochocientos alumnos y cien docentes, primero como vicedirectora y luego como directora. Forma maestros en un Instituto de Formación Docente del interior de la provincia de Córdoba. Es Especialista en Gestión Educativa y Doctoranda en Ciencias Sociales por Flacso Argentina. Es mamá orgullosa de una hija docente. Lo que más le gusta en la vida es leer y jugar con sus perritas. En Twitter es @vipiresca.

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