Ideas, planificaciones y preguntas existenciales para transitar las aulas.

Las 3M del Matriarcado: Mujer, Madre y Maestra

Fotografía: Cecilia Reynoso

Enviado el 20 de Octubre

Holuuuu, ¿Cómo estás? Me toca contarte quién soy y por qué me estás leyendo. Soy Sabrina Flax, maestra de primaria, antropóloga, profe de docentes, instagramer educativa (debo confesar que nunca pensé que me iba a presentar así). Soy madre también, madre primeriza de un torbellino de dos años. Soy mujer además. Digo, porque no es poca cosa en un sistema patriarcal.

¿Por qué Maestra Ciruela? Curiosamente el origen del ciruelaje proviene de un pueblito de España que se llama Siruela (sí, con s) de donde dicen que nace un refrán “como el maestro de Siruela que no sabe leer y se puso una escuela”. Dicho refrán hace alusión a la gente que habla por hablar, es decir que cuando hablamos por boca de jarro estamos haciendo alto ciruelaje. Acá en Argentina le pusimos la c en vez de la s ¿por qué? No hay por qué. También acá en Argentina no lo usamos de esa forma, lo usamos para hablar de una identidad docente, de una de las tantas representaciones que todes tenemos de la docencia. Una maestra con guardapolvo blanco impoluto. Una maestra sin errores. Una maestra que no existe. Lo cierto es que nuestras prácticas están teñidas de ciruelaje, nuestros cuerpos, nuestras voces, nuestras manos llenas de tizas en el siglo XXI. Yo te invito a que nos reconozcamos en ese ciruelaje, que lo hagamos propio y que nos ríamos para transformarlo (o no).

Si llegaste a este espacio es porque mínimamente te importa la educación argentina, tenés algo que decir, algo que pensar, algo que preguntar (te/nos) algo que opinar, que hacer o deshacer. Y por eso estamos acá, vos de ese lado, yo de este, tratando de pensar juntes.

Quiero que sepas que hoy, en nuestro primer día, tengo un poco de taquicardia y me duele la panza, igual que todos los primeros días desde hace 14 años. Para entrar en clima escuchemos el himno a Sarmiento, así arrancamos nuestra primera jornada.

Sacá la carpeta, poné la fecha de hoy, de título: las 3 M del matriarcado, acordate de subrayar con regla y con color.


Como te contaba, tengo un hijo pequeño y este año, que ya habla hasta por los codos, va a ser el primero en el que me diga “felíz día mamá”. Y quizá te estás preguntando ¿Qué tiene que ver esto con la escuela primaria? Un montón, si no me crees, seguí leyendo.

No sé si a vos te pasa, pero en octubre siempre me llenan el celular con la misma imagen, no la borro solo porque cada vez que la veo me saca una sonrisa.

Y entonces el cuerpo se me llena de preguntas, ¿Por qué está tan asociada la imagen de la maestra a la maternidad? ¿Será que las maestras tenemos un instinto maternal? ¿Existe tal cosa? Más allá de la discusión que podamos tener te dejo una nota muy interesante al respecto que tiene como protagonista a nuestra amiga, hormona del amor, la oxitocina. Al final, todo es química.

¿Qué tríada se nos arma a nosotras pero también a toda la sociedad? ¿Somos tres compartimentos que empiezan con M? ¿Las 3 M del matriarcado van de la mano casi como un destino inexorable?

Para pensar en esto te comparto esta nota que me sirve para pensar por qué en las escuelas primarias (y de nivel inicial) la mayoría de les docentes somos mujeres. Esto no pasa en los niveles medios y superiores de la educación, y ni hablar de los cargos jerárquicos.

La tríada Mujer, Madre y Maestra se apelotona en el mes de octubre. Desmenucemos de qué se trata.

La M de Mujer

Para entrar en calor te cuento que durante muchos años he peleado con el hecho de ser mujer, pensaba que la vida era más fácil siendo hombre. Fueron varias las estrategias que tuve que construir para poder ser una persona autónoma y comerme el miedo, masticarlo y cagarlo en casita, segura y resguardada.

Esas prácticas que las mujeres vamos desplegando en nuestra vida diaria, casi subterránea, que corren por nuestras venas al igual que nuestra sangre, nos deja una sabiduría, un conocimiento, un hábitus en torno a qué es ser mujer en este mundo, cómo debemos ser mujer, qué se espera de nosotras por el solo hecho de ser mujer, nos dice qué debemos desear por ser mujer.

Y ahí aparecen los mandatos. Se espera que nos gusten les niñes, que querramos casarnos y tener hijes, por ser mujer tenemos este instinto, del que antes les hablaba, para saber (o querer) criar, sí en pleno siglo XXI sigue ocurriendo esto. Por ser mujer nacemos sabiendo qué productos son los mejores para lavar los pisos y los platos, por ser mujer debemos sufrir la depilación, por ser mujer nos tenemos que callar, por ser mujer el igual acceso a las oportunidades se nos es negada, por ser mujer este mundo es bastante cruel. Te dejo esta nota del mes de septiembre que me pareció interesante para trazar un recorrido en la construcción del ser mujer.

La M de Madre

Hace unas semanas atrás fui a ver la obra de teatro “Madres”, se las recomiendo, es muy buena. Básicamente pasás por todos los estados emocionales posibles, tal cual la maternidark, un concepto que usamos muchas para referimos al lado B de la maternidad, ese lugar oscuro al que vamos todas las madres porque la culpa carcome nuestras entrañas, culpa por todo obvio (igual que el ser maestra).

La idea de madre va cambiando, es dinámica, como toda construcción social, va cambiando tanto que las amas de casa se pueden jubilar y si tenés hijes las tareas de cuidado que estuvieron a tu cargo son consideradas para que cuenten como años de aportes, te dejo acá toda la data.

Te quería preguntar, ¿En tu escuela hacen algo por el día de la madre? Cuando yo era pequeña, en la escuela hacíamos alguna artesanía para regalarle a nuestras madres, la que más recuerdo es un porta fuentes. Ahora que lo pienso… pobre mi vieja. ¿En alguna escuela se sigue haciendo algo por el día de la Madre?

También recuerdo que en algún momento en vez de llamarse Día de la madre se le empezó a decir el Día de la familia (solo en el mundo escuela, porque claro, la escuela tiene un submundo al que le faltan subtítulos). ¿Por qué eliminar este día? La idea era que les niñes cuyas madres habían fallecido o que estaban en una situación de violencia intrafamiliar no sientan esa pérdida o ese dolor. ¿WTF? Eso mismo me pregunto. Se puede abordar todas estas situaciones sin tener que suprimir este día.

La M de Maestra

Maestra creo que siempre quise ser. Soy de familia docente de diversos niveles, pero la docencia anida en mi pelo. ¿Habrá un instinto docente?

Las otras dos M, la Mujer y la Madre definen un poco mi ser Maestra, ¿a vos también te pasa? ¿Tenés alguna letra que te defina?

Yo elegí la docencia no porque me gustan les chiques como muchas personas suponen, si no porque pensaba (y después de muchos años lo sigo pensando) que las aulas son el espacio donde la educación es realmente la herramienta de transformación y es desde ahí que se puede construir conocimiento junto con otras personas. Esa combinación me parece mágica y explosiva al mismo tiempo.

Podemos estar todes de acuerdo en que a les docentes nos gusta trabajar con niñeces, si no sería imposible hacer lo que hacemos. Sin embargo, sigue habiendo una idea de que “a las maestras nos gustan les niñes” (que no es lo mismo); y esta última idea es la que termina asociando la docencia a tareas de cuidado, vinculadas a un lugar mucho más maternal y feminizado del que debería.

Ahora bien, para poder abordar en las aulas las desigualdades de género en torno a las tareas del cuidado y la enseñanza de las que venimos conversando se me ocurre que podemos comenzar con el análisis de la siguiente imagen y hacer algunas preguntas al respecto: ¿Qué nos quiere decir esta imagen? ¿Por qué piensan eso? ¿Cuáles son los obstáculos que tiene una mujer para llegar al mismo lugar que un hombre? ¿Creen posible que esto cambie? ¿Por qué? ¿Cuáles son los sectores de la sociedad que deben involucrarse y pensar de qué forma se puede combatir la desigualdad de género?

O también podríamos trabajar con estos fragmentos de los Simpsons

Si aún no tenés muy en claro de qué hablamos cuando hablamos de desigualdad de género en el ámbito de los cuidados chusmeá por aquí. Desde la Educación Sexual Integral se propone una fuerte reflexión en torno a esta desigualdad, la cual fue mucho más fuerte durante la cuarentena, por lo que se propone entender ese momento social como una oportunidad para reflexionar al respecto. En el enlace podés encontrar actividades para llevar al aula en los distintos niveles.

Pienso que desde las aulas tenemos la inmensa oportunidad y responsabilidad de enseñar desde una pedagogía con perspectiva de género, de proponer situaciones de enseñanza que hagan reflexionar a les estudiantes en torno a las diversas oportunidades que tienen. Una forma es problematizar cómo están organizadas las tareas en casa

A lo largo de este encuentro te fui tirando algunas ideas para abordar estas problemáticas sociales en el aula desde una perspectiva de género en el marco de la Educación Sexual Integral. También podríamos pensar en la diversidad familiar, ¿hay familias con dos mamás? ¿Y con una? ¿Hay familias sin mamá? ¿Cómo eran las familias antes y cómo las actuales? ¿En qué cosas se parecen? ¿En qué cosas no tanto? ¿Quién limpia la ropa? ¿Quién les ayuda a hacer la tarea? ¿Quién saca los turnos para ir a la doctora? ¿Quién cocina? ¿Quién trabaja más horas fuera de casa?  Si querés profundizar te dejo un material que está recién salidito del horno del Programa Nacional de Educación Sexual Integral donde vas a poder encontrar un montón de actividades trabajando los 5 ejes de la ESI para los diferentes niveles.

Está por tocar el timbre.

Nos vemos el mes que viene.

Sasa

Sabrina Flax@sasaciruela

Rioplatense del 84. En medio de una catastrófica crisis existencial decidió estudiar para ser maestra. Pisa las aulas hace más de 10 años en la escuela pública y vive preguntándose cosas de su ser docente. También dicta cursos en formación docente. Antropóloga recibida de la UBA. Madre y Mujer. Fanática del chocolate, los libros y la política. En IG es @sasaciruela

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